Reflexión Capítulo 5. DE UNA EDUCACIÓN BASADA EN LA EVALUACIÓN A UNA EDUCACIÓN BASADA EN EL APRENDIZAJE. INVESluar.
La principal causa de que el sistema
educativo actual esté enfermo es que tenemos una educación basada en la
evaluación en vez de una educación basada en el aprendizaje. Lo que entendemos
por evaluar, y su principal herramienta, calificar, consisten en representar numéricamente
lo que consideramos que ha aprendido un estudiante con el objetivo de legitimar
su paso de un nivel a otro. Por lo tanto, la evaluación realmente no tiene que
ver con el aprendizaje, sino con la validación de saberes.
La evaluación no debe ser un arma, sino una
ayuda, una herramienta para que el aprendizaje suceda en vez de ser su freno.
En numerosas ocasiones, mucho tiempo después
de que tuviese lugar un acto pedagógico, es cuando nos damos cuenta de que
hemos integrado determinado concepto o idea y esto ocurre porque el aprendizaje
es una producción cultural inacabada, un rizoma cada vez más grande de
conceptos que se conectan a la vez y en múltiples direcciones. Por lo tanto
evaluar, tal como lo entendemos en los contextos educativos formales, es
imposible porque la evaluación es un proceso subjetivo.
Mediante la rEDUvolution tenemos que aceptar
el carácter completamente subjetivo de la evaluación, como ocurre en la mayoría
de las prácticas humanas. Es imposible ser neutrales, ser imparciales.
Si evaluar es una cuestión subjetiva, no
tiene sentido que sea el centro del proceso educativo, hay que descentrarla y conseguir
que el verdadero centro sea el aprendizaje. Cuando la motivación existe, cuando
el simulacro desaparece y los estudiantes realmente aprenden en clase, la
evaluación se descentra, no tiene importancia, se diluye. Por lo tanto lo que
podemos hacer es no dar importancia a la evaluación, invisibilizarla, solo
utilizarla al final para darle al sistema lo que nos pide, pero no construir el
sistema en torno a ella.
Como ocurre en muchos lugares externos a lo
educativo, reflexionar, es decir, analizar la evolución de la comunidad y ver
el grado de transformación de cada miembro, debería ser una actividad inherente
a cualquier momento del aprendizaje y por eso es tan importante investigar en
educación, lo que la autora denomina INVESluar, es decir, convertir la
evaluación en investigación.
Lo que aprende cualquiera de nuestros
estudiantes no puede ser representado solo por un número. Un proceso tan
complejo, rico, rizomático, como aprender, debe ser representado por ejemplo
mediante categorías, alejándonos de lo cuantitativo y de los resultados
numéricos.
A lo largo de los últimos años se han
desarrollado una serie de procedimientos englobados dentro de lo denominado
como metodologías de enfoque cualitativo, que son las que se proponen como base
para transformar la evaluación en investigación, por lo que la subjetividad, lo
narrativo, lo situado, entran a formar parte del juego, un juego que pasa de
calificar a relacionar, interpretar y narrar la información que obtenemos como
producto de la reflexión sobre las dinámicas de aprendizaje. La investigación
cualitativa cuenta con muchas herramientas rEDUvolucionarias, como los diarios
de campo, las entrevistas, las conversaciones y los grupos de discusión, a
través de las cuales obtendríamos una visión más rica de lo que está ocurriendo
en clase que mediante un examen.
La investigación cualitativa también nos hace
repensar que la evaluación debe dejar de ser unidireccional, por lo que es
imprescindible desarrollar procesos de reflexión e investigación con respecto a
todos los agentes que configuran dicha comunidad.
Como profesores rEDUvolucionarios podemos y
debemos desarrollar una INVESluación creativa, debemos repensar la evaluación
como una creación, como una oportunidad para motivar a los estudiantes en vez
de perpetuar sistemas cuantitativos, además de reivindicar el uso del lenguaje
visual, mediante el vídeo y la fotografía por ejemplo. Además de la fotografía
y del vídeo, la rEDUvolution propone utilizar la performance como sistema de
evaluación en un intento más por integrar el arte contemporáneo como parte del
proceso de enseñanza. Si logramos convertir la evaluación en una experiencia,
en una práctica real que nos envuelve y en la que participamos, ya no la
veremos como un proceso relacionado con la sanción y el castigo, sino como un
paso hacia el aprendizaje.
Además si pretendemos conectar con la idea de
proceso, debemos volver la INVESluación una práctica biográfica a través de los
diarios de aprendizaje, que consistirían en diferentes soportes donde cada
componente de la comunidad fuese apuntando reflexiones personales sobre su
evolución.
Por último, hay que destacar que a través de
una práctica educativa donde la evaluación deja de ser el centro, donde la
investigación se hace paso y donde desarrollamos nuevas formas de representación
de lo aprendido, no cerraremos ningún ciclo ni podremos comprobar de manera
concreta si hemos cumplido las metas que nos hemos fijado sino que habremos
contribuido a que el aprendizaje suceda.